Aunque a mi pesar, cuando los criminólogos queremos ser escuchados, tenemos a nuestra disposición una carta comodín, un tema siempre atrayente: Los psicópatas. Películas, series, historias, noticias y despropósitos varios hacen de éste, un tema siempre en boga. Junto al interés que despiertan los protagonistas, se ha ido conformando una cultura popular alrededor de la figura del psicópata. Cultura que no está exenta de errores ya que, los discursos populares no se renuevan a la vez que lo hace la ciencia mediante sus avances, que día a día van descifrando este complejo enigma. Hay cosas de ellos que creemos saber, pero que distan de la realidad, como ésta, lo hace de la ficción. Desmontemos las más populares.
“SON INTELIGENTES”
La visión mayoritaria del
psicópata tipo es la del asesino inteligente. Se tiende a pensar que tienen un
coeficiente intelectual superior a la media. Pero no es cierto en absoluto. El
psicópata se mueve por instintos, no tienen vínculo emocional y pese a que
piensa poco, cuando lo hace siempre es para satisfacer su objetivo instintivo.
Solo piensan en como conseguirlo. Además, su personalidad fría, atractiva y manipuladora les hace parecer más inteligentes de lo que en realidad son. Todo y así no se
descarta la posibilidad de que podamos encontrarnos con alguien análogo a
Hannibal Leckter; pero en ningún caso se debería a una capacidad innata que va
unida a la psicopatía. Nada tiene que ver. Diferentes son aquellos
psicópatas que nacen en un ambiente culto. Al disponer de oportunidades para desarrollar su intelecto, es posible que adquieran ciertas capacidades intelectuales, las cuales podrá usar en pro de sus intereses instintivos.
Sería, en este último caso, el contacto con un ambiente favorable al fomento intelectual, lo
que daría explicación a la existencia de un eventual psicópata “inteligente”.
“SIEMPRE ACABAN DELINQUIENDO, AGREDIENDO, MATANDO…”
El psicópata no tiene porque ser
asesino. Los expertos afirman que entre el 0,5 y el 1% de la población sufre de psicopatía, de ser cierto, significaría que estamos ante la existencia de, entre 35 y 70
millones de psicópatas en todo el mundo. Es evidente que no todos acaban
matando. Lo que si que es cierto es que los psicópatas acaban provocando
siempre daños, pero pueden ser de todo tipo (económico, psicológico, físicos) y grado (leves, graves, muy graves) Los casos que contienen daños físicos de mayor envergadura, son los que salen a la luz pública y los que acaban por fijarse
en la retina de los ciudadanos, aceptándolo como un rasgo común.
Ya en 1948, Harvey Checkley, uno de los
grandes estudiosos sobre la materia, describía a
una tipología de psicópatas denominados “exitosos”. Determinó que la psicópatía
también consistía en un estilo disfuncional de personalidad, y que éste, era bastante prevalente
entre la población general (1%) Se tratarían de psicópatas con una adaptación
social positiva, que les diferenciaría del psicópata antisocial. Los exitosos pueden
acabar siendo médicos, abogados, políticos o gente con una aparente vida
“normal” que, pese a ser personas irresponsables e indignas de confianza, no
acabarán delinquiendo ni en prisión, como ocurre con los psicópatas
propiamente antisociales.
“SUS ASESINATOS SON SIEMPRE ESPECTACULARES Y SANGRIENTOS”
Aunque cinematográficamente este sea un elemento muy
recurrente, la psicopatía no es algo que dé explicación a este tipo de crímenes.
Detrás de un caso sangriento, brutal, o desproporcionadamente violento,
normalmente se acaba encontrando un trastorno mental, y no uno de personalidad.
La psicopatía, como “constucto” (síndrome complejo), se asemeja más a un
trastorno de personalidad. Si es cierto, que la falta de empatía emocional da rienda suelta a la crueldad, pero el psicópata solo la desarrolla si con ello consigue algo a cambio. En ocasiones, el psicópata cuenta además con algún trastorno mental, y es alrededor dicha enfermedad, cuando solemos encontrar atrocidades tales como amputaciones, desmembramientos, profanaciones, etc. Esos casos, aunque una minoría, son los que se mediatizan con el fin de alimentar a una sociedad morbosa (de la que no me diferencio), pero a la vez, creando un falso “vox populi” que acaba confundiendo el concepto de psicopatía.
“NO TIENEN EMPATÍA”
En este caso, nos encontramos con una verdad a medias. Es
cierto que el psicópata tiene una desconexión con la capa del cerebro que está
relacionada con las emociones, el Paleopalio. Son personas carentes de
respuesta emocional y ello les inhabilita en el terreno de la empatía. Lo que ocurre es que la empatía tiene dos vectores: la emocional y
la cognitiva. La empatía cognitiva consiste en la capacidad para entender
los sentimientos de otra persona, aún no sintiendo dichos sentimientos. La
empatía emocional sería la de poder experimentar la misma emoción que otra persona.
Los psicópatas pueden aprender a descifrar los códigos conductuales para
entender si una persona siente amor, miedo, tristeza… y de la misma manera
pueden aprender a aparentar esos sentimientos, si la situación lo requiere (para su carácter manipulador y parasitario es completamente útil conocerlo y
pensar en ello) Pero es cierto que nunca podrán sentir esa emoción; siendo
ésta, una de las características más evidentes para empezar a detectar el trastorno.
“SON INCAPACES DE CONTROLAR SUS IMPULSOS”
Se suele asociar instinto a
impulso. Al ver al psicópata como un ser que se dedica exclusivamente a
satisfacer sus instintos, inevitablemente pensamos que está al servicio de los
mismos. Se piensa que el psicópata no puede contener los impulsos que le llevan a satisfacer sus instintos. Pero no es del todo cierto. Si que podemos encontrarnos con psicópatas altamente ansiosos o que se muevan de forma inmediata
para satisfacer sus necesidades instintivas, pero normalmente nos lo
encontraremos cuando el psicópata no haya aprendido otra cosa, y no tenga las
herramientas necesarias en su vida para actuar de un modo diferente.
La impulsividad en la que piensa
la mayoría, la que sería más propia de un ansioso o un paranoide, no tiene porque estar presente
en la psicopatía. Esto está fundamentado en que la psicopatía es el único
trastorno que comporta una agresividad instrumental. Es decir, aquel psicópata
que utiliza la violencia sólo en función de lo que quiere conseguir, cuando
necesita algo, controlando su uso e intensidad. En contraposición a lo que sería el
ejercicio de la agresividad reactiva o impulsiva, que surge sin control ante un "output" determinado. Este tipo de violencia también se encuentra en la psicopatía,
por lo que no sería raro ver actos de impulsividad en psicópatas, pero no de una manera tan frecuente como se cree.
“NO PODEMOS REINSERTARLOS”
Es cierto, por el momento no hay una solución para la
psicopatía. En gran parte se debe a que estamos ante un problema físico producido por un desarrollo cerebral deficitario, lo que hace a cualquier terapia infructuosa. De hecho, si un psicópata se somete a un tratamiento destinado a la
reinserción se consigue un peor resultado, ya que aprenden mejor como han de
comportarse para pasar desapercibidos y parecer “curados”. Actualmente se sabe que el único elemento de la psicopatía que
puede solucionarse, aunque no es nada fácil, es el de la antisociabilidad. Pero parece ser solo un parche, ya que la persona seguirá siendo
como es, pero al menos aprenderá a usar vías no delincuenciales.
[Por ejemplo, el violador de Bellvitge dijo “yo con las mujeres, o pagando, o pegando” eso evidenciaba que no tenía asumido otras vías de relación, no tenía herramientas de interacción social, no las había aprendido. Y como tampoco sentía remordimientos por usar las formas antisociales de relación, tampoco las cambiaba ni hacía por aprender de nuevas. Quizás de haberlas conocido, estaríamos hablando igualmente de un misógino pero no de un violador.]
Los expertos no se resignan a encontrar otro tipo de soluciones. Se está empezando a pensar en la prevención. Por un lado se está trabajando para detectar en niños o adolescentes los rasgos propios de psicopatía, y así "prepararse para lo que pueda venir". El tratamiento de estos sujetos requiere fundamentalmente de terapias cognitivo-conductuales que den al menor una formación de valores y conductas para que aprendan a desarrollarse entre unos límites y parámetros éticos y morales, aunque ellos no sientan esa moral como tal.
[Por ejemplo, el violador de Bellvitge dijo “yo con las mujeres, o pagando, o pegando” eso evidenciaba que no tenía asumido otras vías de relación, no tenía herramientas de interacción social, no las había aprendido. Y como tampoco sentía remordimientos por usar las formas antisociales de relación, tampoco las cambiaba ni hacía por aprender de nuevas. Quizás de haberlas conocido, estaríamos hablando igualmente de un misógino pero no de un violador.]
Los expertos no se resignan a encontrar otro tipo de soluciones. Se está empezando a pensar en la prevención. Por un lado se está trabajando para detectar en niños o adolescentes los rasgos propios de psicopatía, y así "prepararse para lo que pueda venir". El tratamiento de estos sujetos requiere fundamentalmente de terapias cognitivo-conductuales que den al menor una formación de valores y conductas para que aprendan a desarrollarse entre unos límites y parámetros éticos y morales, aunque ellos no sientan esa moral como tal.
En una vertiente más "pro-ficción" encontramos corrientes de investigación neurobiológica con la pretensión de encontrar razones exactas que expliquen esa anómala formación del cerebro, que lleva a los psicópatas a ser como son. Una rama que centraría su análisis en el periodo prenatal, durante la formación del ser humano, y que de encontrar resultados concluyentes, podría dar instrucciones a seguir durante la gestación, con la finalidad de reducir el riesgo de dar a luz a un potencial psicópata. Pero eso ya es, indudablemente, otro cantar.
Muy bueno, te seguiré leyendo. Un saludo.
ResponderEliminarGracias! Cualquier objeción, duda o sugerencia será bienvenida. Un saludo María.
Eliminarno se que creer, me diagnosticaron trastorno ansioso depresivo con pensamientos psicóticos,
ResponderEliminarBuenos días. No sé a que te refieres con lo de no saber que creer, pero intentaré responder a lo que creo que te refieres.
EliminarNo soy psiquiatra, pero lo que te han diagnosticado no tiene nada que ver con la psicopatía.
Los pensamientos psicóticos proviene de la palabra "psicosis", que no es más que tener pensamientos alejados del contacto de la realidad (más parecidos a la paranoia, delirio o alucinación)
Espero haber sido de ayuda.
Saludos!
Soy psicopada, lo que mencionaste sobre como los ven las personas en parte es verdad, la inteligencia que decis que no es real pero asi lo aparenta es porque una persona normal suele distraerse facilmente por varias cosas, yo no, a menos que sea productivo para el fin. Siempre me senti diferente a la gente,analizar e intelectualizar hasta lo mas simple era normal para entender, veia las cosas de forma atenta y me aburria facilmente de echo, siempre fue asi, con el tiempo me di cuenta que solo sentia curiocidad, las personas suelen pensar que uno es reservado y culto. A los 11 años me di cuenta sobre los gestos faciales, de las manos, dedos etc, todo me decia algo, años despues entendi las miradas pero no puedo expresarlas muy bien aun, todavia se nota un vacio ( a algunas chicas les llama la atencion el misterio), y aprendi a pasar sin que se notara como soy, mi madre lo sabe, mis hermanas lo intuyen, aqui estoy, el año que viene entrare a la universidad para ser contador.
ResponderEliminarLo malo de mi situacion es que no siento miedo, lastima, gracia, empatia no siento mas que curiocidad. He de niño andado por lugares peligrosos sin percatarme del peligro, absorto el mis pensamientos.
No todos son malos, los empresarios, politicos, medicos y demas profecionales mas efectivos suelen tener rasgos psicopaticos.
Soy psicópata y no quiero a nadie , el amor no me interesa trate de sentir amor por alguien pero esa persona me desprecio y aumento psicópata yo creo que nací así , no es mi culpa , soy muy inteligente puedo leer la mente de las personas.
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