lunes, 30 de junio de 2014

La Prostitución a Debate

Desde que acabé mi colaboración (díganse prácticas) en el Observatorio de la Delincuencia de Castelldefels, he estado dándole vueltas sobre cómo enfocar, sin ser un tostón al uso, la explicación de los resultados de un estudio* realizado en esta entidad sobre la influencia de los prostíbulos en la seguridad del municipio, y la percepción de ésta por parte de los comerciantes. Encontré la oportunidad hace unas semanas en varios periódicos digitales al leer la noticia sobre la nueva ocurrencia que los inspectores de hacienda han tenido para aumentar la recaudación tributaria, diezmada en los últimos años de crisis, mediante los impuestos que generarían actividades como la prostitución o el tráfico de drogas blandas, de ser reguladas.  


La revolucionaria idea no deja de ser la misma y vieja justificación que popularmente se da a la hora de apoyar la legalización de la prostitución o las drogas: El argumento recaudatorio, el cual yo mismo defendía años atrás; un argumento simplista alejado de la compleja realidad qué conforman esas “actividades”, que requieren, si más no, de un análisis en profundidad.  

Centrándonos en el tema de la prostitución debemos reflexionar al respecto si disponemos de todos los datos para la correcta valoración, que a veces se hace tan a la ligera, del asunto. ¿Conocemos de verdad todos los elementos y enfoques del tema para poder emitir una opinión decentemente contrastada? Mi experiencia dice que no, pero como suele ocurrir en todo lo criminológico (y no tan criminológico), se opina y se defienden las posturas que mejor se adaptan a nuestras necesidades, valores y pensamientos sesgados, sin pensar de verdad en si los argumentos expuestos son realmente válidos.  

Volvamos al estudio realizado en el Observatorio de la Delincuencia. En él pretendíamos observar la percepción de los comerciantes sobre la influencia que, el cierre de los dos macroprostíbulos del municipio había causado en la delincuencia del municipio, cinco años atrás. Es decir, queríamos observar si la desaparición de los prostíbulos había afectado en la percepción de seguridad de los habitantes del municipio en el que estaban situados.
El Riviera y Saratoga eran dos macroprostíbulos situados en las inmediaciones del municipio de Castelldefels en Barcelona. Su afluencia era máxima y su popularidad mayor, hasta que en 2009 fue cerrado por orden judicial, saliendo a la luz toda una organización de carácter mafioso dando lugar a una trama de corrupción policial y prostitución ilegal del que resultarían imputados empresarios, abogados, policías y algún que otro cargo político administrativo. (Más información: elllobregat y elperiódico)
Sabemos mediante la comprobación empírica que el cierre de los prostíbulos si que ha beneficiado a la seguridad del municipio y ha repercutido positivamente en el control y disminución de la delincuencia (de hasta un 30%) Incluso se ha dado la llamada distribución de beneficios, es decir, el cierre ha beneficiado en mejorar no solo ámbitos delincuenciales directamente relacionados con las actividades realizadas dentro de los prostíbulos, sino que ha diezmado la delincuencia general del municipio, pese a no tener un nexo de causalidad directa.

Al analizar los resultados de la encuesta, la cual disponía centraba la mayoría de sus preguntas en de analizar si esa relación de causalidad entre delincuencia y existencia de prostíbulos era notablemente percibida por el conglomerado de comerciantes del municipio, extraímos dos conclusiones básicas:   
  • La mayoría de encuestados no tenía constancia de la influencia delincuencial que tenían los prostíbulos para el municipio. En la mayoría de los casos dudaban en sus respuestas, ya que era algo que nunca se habían planteado, y acababan enfocándolas en un sentido u otro en base a su opinión personal acerca del acuerdo o desacuerdo con la existencia de este tipo de locales. Es decir, por lo general quien estaba en desacuerdo manifestaba mayores beneficios desde su cierre, mientras que quien estaba de acuerdo no reconocía una mejora en la seguridad del municipio. Hasta aquí todo correcto, ya que como presuponíamos, la gente no especializada en criminología, no tiene porque analizar este tipo de causa-efecto. Se desconocen que dinámicas delincuenciales crean estos negocios, más allá de las experiencias vividas en primera persona.  
  • Por lo general el acuerdo o desacuerdo con la existencia de este tipo de negocios solía estar relacionado estaba con el provecho económico que la existencia de los locales hacía repercutir en cada uno de los comercios. Es decir, aquellos comercios que vieron disminuidos sus ingresos a raíz del cierre del Riviera y el Saratoga, (ya sea porque eran las chicas que trabajaban las que mayoritariamente acudían, porque subministraban a esos locales, o porque tenían mayores niveles de afluencia por concurrir con su clientela habitual, los esporádicos -pero constantes- clientes de los prostíbulos), mostraban un mayor apoyo a la posible reapertura que los que tenían un funcionamiento no dependiente de los susodichos locales.    

Desde este punto es ahora más fácil entender que, como he mencionado al inicio, toda opinión queda dirigida por otros factores distintos a la concreta cuestión a debatir. Ello acaba reflejándose, si nos trasladamos a la opinión ciudadana en general, en que quien apoya parece omitir los perjuicios que comporta el ejercicio de la prostitución y la permisividad de locales de alterne, mientras que quien lo rechaza no parece que encuentre otros argumentos de oposición, más allá de la ética y la moralidad. En ambos casos yo lo achaco al simple desconocimiento. La mayoría de ciudadanos, ya sean comerciantes de Castelldefels o no, siguen/seguimos similares parámetros a la hora de opinar sobre la regularización/legalización de la prostitución; tenemos los mismos sesgos. Por lo general, no atendemos a razones objetivas sino que, como es lógico, nos influencia nuestra propia visión, siempre parcial y con poco contraste del resto de argumentos contrarios a los propios.  

Por todo ello, y con el fin de que se conozca más la realidad de la prostitución, creo necesario remarcar una serie de elementos y reflexiones que deberían plantearse y aclararse en todos los debates que se hagan al respecto:   

Hay una prostitución no penada o despenalizada. 

Se trata de aquella ejercida de forma libre, consentida y propia por un mayor de edad. En reiteradas ocasiones el Tribunal Supremo ha catalogado de “actividad económica ejercitada de manera independiente” como en el caso de la STS 7727/2004 Con ello se desmonta el mito de la falta de libertad hacia la mujer u hombre que quiera voluntariamente vender su cuerpo, ya que el ejercicio de esa libertad, está permitido. Lo que se castiga penalmente es el proxenetismo, el lucro por la explotación de la prostitución de otra persona. Cuando oímos que se multa a la prostituta que ejerce en la calle, no estamos en una contradicción, sino rigiéndonos por ordenanzas municipales que regulan lo permitido en VÍA PÚBLICA. Impidiendo, entre otras muchas actividades, el ofrecimiento de servicios sexuales. Nada impide que se realice en lugar privado.   


La libertad en un burdel está sobrevalorada.

Por un lado son una minoría las mujeres que están ejerciendo la prostitución libremente. Por otro, La libertad que se expresa para decidir ejercer la prostitución no debería servir para justificar que aquella mujer deba someter su ejercicio de trabajadora sexual a la supervisión y control de un tercero. Ya se le nombre Madame, Chulo o Jefe. Eso es proxenetismo, y al final como todo negocio lo que se busca es la rendibilidad máxima, que se traduce en una tendencia a forzar a la sobrexplotación sexual. Sabemos que existen distintas estrategias que tienen el fin de coaccionar indirectamente a que las trabajadoras sexuales multipliquen sus servicios. De sobras conocidas son las amenazas y uso de la fuerza, pero hay otras vías indirectas que camuflan todavía más dicha coerción: Se puede desde subministrar hormonas sexuales que aumenten el deseo sexual y a la vez retrase las menstruaciones, hasta incitar al abuso de sustancias para conseguir una dependencia hacia las mismas que impida el abandono de la profesión. En el mismo caso del Riviera y Saratoga así se producía (info) Por ello se ha de tener mucho recelo cuando el ejercicio de esta actividad está sometida bajo los parámetros de una organización "proxenetizada".  


El eventual control de los derechos laborales y cumplimiento de la legalidad por parte de los prostíbulos es, también, sobrevalorado. 

Es de verdad posible realizarlo? Hay personal cualificado y recursos disponibles para mantener a raya los burdeles sin que se repita un Caso Riviera y Saratoga?  Pensémoslo, actualmente ya existe cierta facilidad para trabajar en negro y al margen de la ley, además se carece de personal destinado a las inspecciones y los recursos públicos son cada vez más escasos. Si a esta situación le sumamos la alta generación de ingresos que tiene un prostíbulo, la facilidad de corrupción se suma como elemento para conseguir mantener en clandestinidad tanto el proxenetismo como otras actividades ilegales, ya sea tráfico de drogas, de armas o de personas, incluso de menores.   


El efecto desinhibidor de la legalización nunca se menciona

Pocas veces se habla de los daños colaterales que supone legalizar la prostitución sin restricciones y pensando únicamente en los supuestos beneficios que se darán, como pueden ser las regularizaciones administrativas que permitan cotizar, la mejora de condiciones laborales, de seguridad para las chicas… Si analizamos lo ocurrido en los países que han adoptado un modelo legalizador en Europa, hemos de fijarnos en Alemania y Holanda. Países que parecen ser ejemplarizantes por sus políticas patinaron al levantar las prohibiciones a los prostíbulos y permitirles funcionar a plena legalidad. Lo que ocurrió es que las organizaciones dedicadas a este negocio vieron abiertas sus puertas a tener un amparo legal, que además de legitimarles, les probeía de mayor campo de actuación para llevar a cabo el tráfico humano. Resultó que la legalización colaboraba el encubrimiento del trafico de mujeres, las cuales son la mayoría, frente al escaso 15% de las prostitutas reguladas. La legalización provocó un aumento del tráfico, sobretodo del infantil que se diversificó en todas sus posibilidades. Por si fuera poco, las distintas ONG’s además han constatado que las mejoras higiénicas, laborales y de seguridad no han sido alcanzadas ni de lejos. (Estudio referente
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A la vista de lo expuesto, queda patente que el tema “económico” que tanto preocupa a los Inspectores de Hacienda, (y con más razón a los comerciantes de Castelldefels) es tan solo una cara del gran prisma que conforma el tema de la prostitución. Finalmente el Riviera y Saratoga, no volverán a reabrir sus puertas puesto que las licencias han caducado y la sentencia resultante del caso a sido condenatoria. Por más disgusto que pueda suponer para los que apoyaban su reapertura, ha de pensarse que no era oro todo lo que relucía, y es que: Legalizar el Proxenetismo, es en muchas ocasiones lo que se está apoyando cuando se pide legalizar la prostitución. Quizás si que sea útil y necesaria una regularización, pero  requiere previamente un estudio profundo y replantear las propuestas que hasta el momento se han emitido. No es tan simple legislar una realidad que pese a estar en boca de todos, no la conoce casi nadie.




*El estudio de percepción no puede ser publicado, por el momento, de ahí que no hayan cifras ni datos detallados. Pero si alguien está interesado en él, puede hacerme llegar su correo electrónico. Como premio de consolación aquí dejo un interesante Artículo sociológico

miércoles, 16 de abril de 2014

Cosas Que No Funcionan: Increpar al Maltratador


Un tema tan candente como la violencia de género siempre es delicado de tratar por el grado de responsabilidad social que se desprende del mismo. Pese a ello creo necesario tener que advertir un hecho: La mal mencionada teoría de la tolerancia cero, en contra de lo que nuestra intuición/emoción pueda creer, no es eficaz y además existe base teórica para predecir que puede en ocasiones tener efectos criminógenos.


La tolerancia cero se trata de un enfoque de la política de seguridad ciudadana que se centra en castigar de forma contundente e inmediata cualquier acto delincuencial.  Su origen estadounidense, se enmarca dentro de la teoría de las ventanas rotas, teoría que fue nacida a raíz de la búsqueda de soluciones para los barrios de las grandes ciudades que debido a su deterioro facilitaban la existencia e incremento de los delitos. De una forma tergiversada y a modo de eslogan pegadizo ha llegado a nuestra particular política criminal y en concreto se ha adueñado del enfoque preventivo en materia de violencia de género. Materia dominada básicamente por la realización de campañas publicitarias, como única medida relativa a la prevención primaria, es decir, aquella prevención que se destina a la concienciación de toda la población en general, y no solo a víctimas o población en riesgo.


Uno de los ejemplos más representativos de esta conjunción de este particular enfoque y  las campañas destinadas a prevenir la violencia hacia las mujeres es el siguiente anuncio:

 
El mensaje principal se centra en encararse al maltratador, en amedrentarlo mediante la humillación, el rechazo público y el aislamiento social. Pero, ¿impide eso que se produzcan nuevos episodios de violencia? Las cifras evidencian día a día que no. Pero parece que ver este tipo de mensajes increpantes alivia nuestro impulso reactivo que se despierta de forma natural al percibir la vulnerabilidad de las víctimas. Es gracias a la aceptación social y no a que se consigan buenos resultados, por lo que se mantienen las políticas de “tolerancia cero” en este tipo de anuncios.


Es cierto también que no hay soluciones totales, y más en temas tan complejos como el presentado, pero precisamente por eso, es por lo que es fundamental evaluar la efectividad de las medidas criminológicas y no conformarnos por que simplemente exista buena intención en el acto. Debemos utilizar el análisis empírico, de algo ha de servir entender las causas del maltrato doméstico y estudiar que razones originan y mantienen la violencia contra la pareja. Precisamente por todo ello, existe una opinión contraria a mantener un enfoque increpador y atacante hacía el maltratador. Tampoco se trata de justificarlo, ni olvidar su responsabilidad; para ello estarán las respectivas sanciones penales, en las que no entraremos. Lo fundamental aquí, es que estamos abordando el tema desde una perspectiva que NO  FUNCIONA, que no es eficaz para prevenir la violencia machista.

¿Porqué no es útil?


No solo las cifras nos demuestran la inefectividad de estos planteamientos, sino que el propio estudio de la problemática nos indica las pocas opciones de obtener resultados positivos por esta vía.

Si se analiza el perfil del maltratador doméstico, vemos que nos encontramos ante personas con un alto grado de frustración, baja autoestima y poca capacidad de contención. A su vez, suelen estar fuertemente aislados socialmente y ello retroalimenta los problemas individuales que se concentran en el individuo. Por ello las campañas que responden de un modo tajante a la increpación y el rechazo absoluto al maltratador, acaban teniendo un efecto potenciador de aislamiento, hecho que aumenta  la frustración y en consecuencia, el riesgo de agresión.

Además si volvemos al ejemplo videográfico, se observa cierta agresividad en la forma en la que se emite el mensaje. Es un rasgo que solemos encontrar en estas campañas, y es totalmente comprensible, si se afirma que ha sido creada desde el ataque directo y verbal al maltratador, si en el anuncio se pretende materializar la rabia que despierta la violencia de género. Pero ello no facilita en ningún caso que el agresor reduzca su grado de violencia, al contrario la agresividad llama a más agresividad. Pensémoslo, si a alguien con un temperamento inestable, difícil de manejar, que probablemente abuse del alcohol, y que maltrata a su pareja de forma habitual, ¿en qué medida le va a servir que se le hable en tono tajante y agresivo? En mi opinión, es igual que golpear un enjambre de abejas agitadas. 

Por tanto debe tomarse consciencia de que no basta con la buena intención, ya que toda medida no contrastada, no solo puede ser inocua a la resolución del problema, sino que puede tener efectos criminógenos y aumentar el riesgo que se pretende reducir.


¿Qué alternativas se proponen?

El enfoque principal que se ha de buscar en este tipo de medidas publicitarias es que la mujer reaccione, que ponga límites y que sea ella misma el principal control. La razón fundamental se debe sobretodo porque sabemos que aproximadamente la mitad las víctimas encarnan un perfil que interiorizan esa posición y se mantienen en silencio. De hecho al observar las muertes sucedidas, en la gran mayoría no existía denuncia, ello nos explica, que son casos que han quedado fuera de la posibilidad de actuación y por tanto, pese a que el objetivo final es cambiar la percepción social y el machismo, no es menos utópico considerar que es un efecto de muy largo plazo, y por ello ha de incitar a que las mujeres pongan en conocimiento los hechos a las autoridades y entidades  destinadas al efecto.

A modo de ejemplo siempre me gusta poner las campañas publicitarias de Vicky Form, una marca de ropa interior femenina. En dichas propagandas, bajo el eslogan "el poder lo tienes tú" se recalca el fortalecimiento de la mujer y la concienciación de ésta para evitar y poner límites al eventual maltrato que pueda sufrir por parte del hombre. Sin entrar a cuestionar la ética de la susodicha marca, es curioso como una institución alejada de la política criminal, consigue crear campañas publicitarias, en materia de prevención, más próximas a la realidad y con un mayor efecto de concienciación de las mujeres, que todo el conjunto de campañas emitidas desde las instituciones públicas. 



Ha de quedar claro que centrarnos en dirigirnos a las mujeres, no trata en ningún caso de culpabilizar a la víctima sino de mantenerla en alerta a que signos machistas que no debe consentir y sobre que conductas debe tomar consciencia para no acabar confundiendo el amor o la necesidad de sentirse querida, con el paulatino control i aislamiento; dinámica característica del maltrato en la pareja.

Identificar y alertar sobre las señales que efectúa una relación peligrosa forma parte de entender la causa del problema, de ser conscientes de lo que ocurre para que, todavía a día de hoy, mujeres jóvenes e independientes queden atrapadas en el un ciclo de violencia machista. En ningún caso se responsabiliza a la víctima de lo que el agresor realice, sino que se busca potenciar su capacidad de reacción, que se mantenga alerta, sobretodo en los pequeños detalles que aproximan poco a poco a la dominación doméstica, y que muy a menudo pasan desapercibidos hasta que la violencia física aparece.

¿Qué tendencia hay en la actualidad?


Si tomamos como referencia la última campaña emitida desde el gobierno, se advierte un cierto cambio de enfoque, en el que la advertencia y apoderameinto de la víctima está más presente que en las anteriores, pero todavía se sigue sin abandonar el erróneo careo con el maltratador. 

En este ejemplo, los dos primeros casos siguen por la vía inoperativa de intentar transmitir al maltratador algún tipo de mensaje, mientras que en el último caso ya se busca el instigar a la mujer a ser consciente de su situación. El último de los casos sería el más adecuado a la alternativa propuesta, ya que tiene como objetivo empoderar a la mujer a que denuncie, hecho fundamental, como se ha explicado anteriormente. Pese a que en el segundo caso parece que el mensaje también va destinado a dar fuerza a la mujer, creo que para alguien que ya le han puesto la mano encima y tiene la voluntad diezmada no basta con ello; se sigue sin empatizar correctamente con la problemática. Además volvemos a esa forma de hablar tendente a la agresividad que no facilita nada la resolución de los episodios de maltrato. 




Si bien es cierto, que cada vez más hay un mejor conocimiento de la violencia machista, las campañas preventivas no mejoran de forma sustancial, se siguen rotulando bajo esa inoportuna frase “ante el maltratador tolerancia cero”, como si de una materialización del clamor popular se tratara, verbalizando emociones de rabia e indignación que, por mucho que nos cueste, hemos de dejar a un lado si lo que queremos es optimizar los resultados de dichas medidas preventivas. Hemos de resistirnos a la respuesta visceral y sucumbir a la investigación empírica y tomar en consideración los datos que nos ofrecen las ciencias sociales para entender cual es la mejor manera de intervenir. Es el único modo de ser profesionalmente efectivos. 


lunes, 3 de febrero de 2014

Luces, Cámara, Parot!


Cuando un criminólogo observa la política criminal de nuestro país, atisba rápidamente como en la mayoría de casos se han obviado las soluciones o planteamientos que su ciencia propone. Ya sea en normativas cívicas, intervenciones preventivas, actuariales, o incluso en las infinitas reformas del Código Penal, encontramos frecuentes ejemplos. Aunque si existe uno que ha destacado en los últimos meses es sin duda el de la doctrina Parot. 

El pasado 21 de Octubre el Tribunal de Estrasburgo sorprendió a la mayoría de ciudadanos legos en derecho al dictar su sentencia del caso "Del Río Prada vs. España". Los que algo conocían la materia, ya advirtieron en su momento que se trataba de una decisión judicial tomada al margen, no solo de los  alegados derechos humanos sino contraria a los propios fundamentos en los que se sustenta nuestro sistema de Derecho. La doctrina Parot pretendía modificar la ley y aplicarla a los criminales ya juzgados, pero eso sólo es posible cuando resulta beneficioso para los mismos (materia de primer curso de Derecho). Todos eran conscientes que estaban ante una muerte anunciada, de ahí el poco asombro que causó la resolución en el ámbito judicial.

En el plano político, en un primer momento, el asombro pudo ser veraz debido al desconocimiento generalizado, que la actual casta política tiene sobre cualquier tema de interés nacional. Pero al igual que finge el ministro de turno que conoce de su cargo, las reacciones y opiniones posteriormente emitidas fueron parte de un papel interpretado en pro de los intereses del partido. No tienen mas fin que justificar el discurso populista. Fingir indignación por la decisión de Estrasburgo es parte del juego político, que busca  identificarse con el sentimiento de preocupación social, producto de la situación desinformativa. El barullo de ideas, opiniones y reacciones al respecto ha sido utilizado políticamente para seguir alimentando al recurrente populismo punitivo. 

La inminente excarcelación de terroristas y presos altamente peligrosos ha sido útil publicitariamente para reforzar, más si cabe, el beneplácito social a la recién implantada cadena perpetua revisable. Y aunque ni ello, ni el aumento de penas privativas de libertad, suponga una solución eficaz, es fácilmente vendible a la sociedad, tiene una rápida implantación (lo que aporta una falsa percepción de trabajo bien hecho y ello se traduce en votos electorales) y abren la puerta a nuevas macroinversiones económicas susceptibles de ser "chorizadas". El miedo y la sensación de peligro allanan el camino a la venta de seguridad y prisión, pero los resultados de estos productos no son todo lo deseables que se predica, no construyen una sociedad mejor y mucho menos solucionan el problema del terrorismo o de la delincuencia.

Por si no bastara con todo este desaguisado, ahora, el mismo tribunal que lo condenó, felicita al Estado Español por la celeridad en el cumplimiento de su sentencia. ¿Cómo puede convertirse un error garrafal, en un triunfo? Ya no es cuestión de que el cumplimiento haya quedado al servicio de la demagogia político-criminal, sino que se está premiando el "chabacanismo" de la marca España. Dar el beneplácito a la mala forma de legislar y gobernar un país que nunca ha sido capitaneado por una política de rigor impide avanzar y difumina los barómetros de calidad exigible a nuestros políticos.

Ante semejante panorama, no es de extrañar que los criminólogos desesperemos ante la indignación que provoca conocer el problema, tener analizadas y evaluadas las soluciones y no tener hueco en las administraciones para transmitirlas.
En el caso que nos ocupa, el enfoque criminológico aboga por establecer el factor peligrosidad como algo objetivo. Delimitar una graduación de peligro con la que poder valorar a cada sujeto que cumpla condena y poder discernir entre diferentes peligrosidades que llevaran a tratamientos y prácticas diferentes. Poder detectar a ciencia cierta cuales congregan ese “peligro socialmente alto” que impida la puesta en libertad. A su vez encuadrar a los delincuentes de bajo riesgo en medidas menos punitivas y más resocializadoras. Conjugar rehabilitación y punitivismo en un sistema que discierna de forma objetiva ante qué sujeto estamos en cada momento y que táctica debe emplearse con él. La efectividad en este terreno aumentaría si se llevaran a cabo soluciones más individualizadas. Incluso si el trabajo es el adecuado, la percepción de justicia mejoraría a largo plazo.
La evaluación del riesgo y su posterior gestión es una de las muchas aportaciones criminológicas que pueden aportarse a las Instituciones. Dotar de criminólogos a los equipos técnicos de los juzgados y centros penitenciarios, permitiría dar un nuevo prisma a la política criminal y facultar al sistema de  recursos útiles para la actividad jurídica. Por ello es fundamental que la información al respecto empiece a impregnar el saber popular. Solo así se podrá esperar que se exijan soluciones más eficaces, que ahora no tienen cabida en los programas electorales por no ser objeto de pasión ciudadana. Han de darse a conocer las propuestas criminológicas y superar el rechazo que provocan que los efectos sean visibles a largo plazo.


Tenemos soluciones, quizás no son sencillas de explicar o de entender pero en la intervención delincuencial debería primar la eficacia. Es hora de dar a la criminología la oportunidad de participar junto al resto de profesionales y demostrar que es posible tener una política criminal funcional que nos mejore como sociedad. Puede hacerse. Todo lo demás es teatro! 

jueves, 30 de enero de 2014

El Impacto Criminal de la Crisis Financiera II

Desde que la crisis financiera extendió sus efectos en nuestro país, hemos presenciado diferentes impactos en el terreno de la criminalidad. El más visiblemente precoz fue que pese a existir una reducción de la delincuencia general (a la vista de los datos oficiales), se producía un incremento del número de delitos contra la propiedad. A este respecto ya se hizo una aproximación interpretativa en un post anterior, que ahora, un año más tarde veo la necesidad de complementar, no porque dicha tendencia se mantenga, que lo hace, sino porque se observan nuevas consecuencias criminógenas derivadas de la actual crisis económica.


Por un lado puede afirmarse que aumentan los delitos contra la hacienda pública, en concreto los relacionados con el fraude fiscal. Los últimos datos del equipo técnico del Ministerio de Hacienda establece que desde 2008 el dinero negro en nuestro país ha aumentado de forma exponencial (15.000 millones de €/año) Este fraude fiscal globalizado se debe mayoritariamente a la gran existencia de la economía sumergida que parece justificarse con la reducción de los beneficios económicos a consecuencia de la crisis financiera. Parece que eludir el pago de impuestos es una práctica que encaja a la perfección con los tiempos de recesión económica pero no está exenta de consecuencias. La merma de recaudación tributaria afecta a la reducción de las ayudas asistenciales que se deben cubrir como Estado, cada vez menos Social que somos y de los servicios cada vez menos públicos, dilapidados en los últimos tiempos por parte de los políticos “mangantes” de turno, a los que cada vez les quedan menos arcas públicas que saquear. Además cabe advertir que la mayor parte de este tipo delictivo no la aglutinan ciudadanos medios al mando de profesiones liberales (pese a que se atisba una tendencia creciente de este tipo de prácticas) sino que está en manos de grandes corporaciones y empresarios que, no en pocas ocasiones, están fuertemente vinculados con el poder político y económico, hecho que todavía los hace más imparables. 


En otro ámbito, radicalmente diferente como es la violencia de género contra la mujer, también se empieza a corroborar una desastrosa consecuencia de la actual crisis.  Recientemente se han publicado algunos datos en referencia a este tipo de violencia y todos parecen indicar que hay un descenso generalizado de las denuncias, tendencia que no parece coincidir con los datos referentes a los casos conocidos, ya que el número de violaciones y homicidios a manos de la pareja sentimental han aumentado en este último año. Este hecho evidencia un macabro efecto de la crisis: el aumento de la llamada cifra negra; es decir, se aumenta la invisibilidad del maltrato puesto que se producen más casos que pese a darse en la realidad, no son conocidos por las estadísticas oficiales. La razón de ello la encontramos al analizar los factores que nos explican el porque la mujer víctima del maltrato persiste en esa relación truculenta. Entre otras causas,  vemos que la carencia de medios económicos para subsistir de manera autónoma es en muchas ocasiones un factor determinante. Pensemos que el perfil de víctima predominante es el de una ama de casa que carece de autonomía económica. Esta falta de oportunidad y de independencia apaga las expectativas de las víctimas al plantearse el abandonar el círculo de violencia, hecho que incrementa la invisibilidad del problema. El silencio de la mujer víctima lleva a potenciar la mala interpretación de esa actitud como una especie de conformidad sobre la agresión. El agresor percibe que su conducta violenta no es tan grave o incluso que no existe y ello entorpece el poder fijar una dinámica resolutiva en este aspecto. 


Además de lo anterior, las mujeres siguen aludiendo una falta de efectividad por parte del sistema jurídico y asistencial, que no permite ofrecer una ayuda completa ni una efectiva protección. Desde la criminología sabemos que muchas de las problemáticas sociales requieren más intervención que el limitado sistema judicial; dar a conocer ese hecho y proponer mejores alternativas es una de las tareas que debemos imponernos en los próximos años. Pero debemos contar paralelamente con el trabajo asistencial a las víctimas que fue notablemente reforzado a raíz de la LO 1/2004 y el cual ha ido creciendo progresivamente  hasta el momento. Ahora parece que estamos en un periodo delicado, en el que los ingresos públicos disminuyen propiciando el freno a los recursos destinados a tal efecto. Craso error! Parece olvidarse que la problemática observada es tan solo la punta del iceberg, el gusano que evidencia la putrefacción interna de la manzana; y es por ello que debería ser un ámbito en constante evolución que nos permitiese avanzar en su conocimiento, ampliar los campos de actuación y mejorar la efectividad de las soluciones propuestas.

viernes, 24 de enero de 2014

ApodoFilia


Hace apenas dos días que ha saltado a los medios la existencia de un violador en serie en la ciudad de Barcelona. La mayoría de las noticias están bien informadas y redactan sobre una correcta base teórica, algo raro cuando de temas criminológicos se trata. Pero parece que la morbosidad de  las temáticas de asesinos y violadores en serie lleva a que se haya profundizado en su conocimiento almenos a la hora de ser rigurosos con la información. Además en España contamos con muy buenos profesionales en la materia que han facilitado la rigurosidad que está caracterizando las distintas noticias que salen al respecto.

En cuanto a la publicidad de este tipo de casos, parece necesario que ante un sujeto de alto riesgo, como parece que se ha determinado al presente violador, se dé la información que facilite la toma de medidas preventivas por parte de la población, a la espera de que sea capturado e inocuizado. Pero a mi entender carecen de relevancia informativa que se den de un modo tan detallado los datos referente a la firma y al modus operandi del criminal. Alguien debería advertir a algunos redactores del efecto criminógeno que la información de tales datos puede producir. Por un lado facilitan la imitación, ya sea por placer sádico o como táctica encubridora y por otro hay riesgo de que ciudadanos enfurecidos implanten su propia justicia. 


[El hecho de que el propio violador sea conocedor de sus errores, mediante las noticias, en este caso concreto, no parece del todo seguro que tenga que ser criminógeno. Ante un sujeto tan impulsivo y poco premeditado como el que parece que es, podría incluso ser algo que le volviera más nervioso y por consiguiente más visible y por tanto detectable.]


Además resulta del todo innecesario que se le apode tan rápido de un sobrenombre. ¿Quién inventará los apodos de los asesinos y violadores? Qué aporta cuando el caso criminal es tan reciente cómo el actual? Ni siquiera desde un punto de vista clasificatorio. El arma utilizada no siempre es el dato que más categoriza a un criminal, además no es un arma tan inverosímil en estos delitos como para ser destacado. A mi entender es una artimaña más de la mediatización y el sensacionalismo. Se potencia a crear un dramatismo innecesario, sobretodo para solucionar el caso. No estamos ante un documental sensacionalista para describir a un violador del pasado, sino ante un caso todavía no resuelto y encima de una peligrosidad relevante. La ansia de mediatización vence en la mayoría de las ocasiones. Queremos apodar inmediatamente al criminal antes de saber quien es. Preferimos tener alguien de quien temer que conocer objetivamente ante que tipo y en que grado de peligrosidad estamos. 

Del mismo modo se ha dado una muy mal gestión de las imágenes y ha sido un error su difusión. Ya no importa quien las haya filtrado a los medios sino la poca reflexión que estos han tenido al publicarlas. El ansia de anunciar lo que sea les ha llevado a publicar una imagen borrosa de un chaval delgado y moreno. La mala calidad hace que no se pueda extraer ningún dato relevante. Además se ha de pensar que la sociedad no tiene la preparación policial necesaria, ni la calma y visión de un analista, sino más bien lo contrario. Estamos ante una población cada vez más reaccionaria y menos "premeditativa", y más cuando se trata de infanticidas o violadores. Por ello creo que se debería ser muy cauteloso en este caso ya que de lo contrario y con imágenes tan poco determinantes como las actualmente publicadas, solo se pone en peligro a todos los jóvenes en las que concurran dichas características de ser objeto de linchamiento público e irracional.

Aunque hay verdaderos profesionales del periodismo, hay otros tantos que se rinden al sensacionalismo que da el describir el crimen, evidenciar el sufrimiento de la víctima, o como es el caso, crear un apodo. Dejarnos llevar por evocación cinematográfica que provocan esas descripciones comporta que acabemos teniendo un desconocimiento generalizado de los temas camuflado entre detalles e historietas morbosas. Centrémonos en informar. Y una vez solventado el problema, ya habrá tiempo para estudiarlo, catalogarlo y conseguir un best seller con la novela de turno “basada en hechos reales”.

Noticias de referencia:  
El Periódico 24/01/14 
La Vanguardia 23/01/14


 

miércoles, 12 de junio de 2013

Digievolución Antidistúrbica.


Hoy el Director General de los Mossos de Escuadra, Manel Prat, finalmente ha presentado la nueva medida antidisturbios: los cañones de agua. Medida que ya fue fuertemente rechazada por la opinión pública antes de ni si quiera ser tanteada con el anterior Conseller de Interior. 

Parece ser que esta nueva táctica acuática con la que disolver manifestaciones, u otros altercados multitudinarios, viene justificada por la imperiosa necesidad de mejorar la efectividad de los dispositivos antidisturbios, que últimamente se han visto salpicados por innumerables juicios y altercados, en su mayoría por el uso indiscriminado de las pelotas de goma. Los disparos de estas pelotas han sido el motivo de la mayoría de los juicios contra miembros de Mossos d’Esquadra, denotando lo que muchos ya advertían, como una medida demasiado contundente y con notables perjuicios contra la integridad física. Además campañas ciudadanas como la de “ojo con tu ojo”, así como la mediatización del reciente caso de Ester Quintana (la mujer que perdió un ojo a causa de una pelota de goma en Barcelona durante la pasada huelga general), y los últimos enfrentamientos de los antidisturbios con el cuerpo de bomberos, han llevado a un detrimento generalizado de la imagen pública que tienen los ciudadanos sobre loscuerpos y fuerzas de seguridad. Por tanto, se trata de una medida ya anunciada, que solo intenta dispersar con agua, cual absurdo cochecito de agua de BCNneta, la basura dejada por el Departament de Interior.

En cuanto a la eficacia y poder de sustitución del nuevo instrumento también plantea dudas. Puede ser cierto que desde un punto de vista policial, las actuaciones de los antidisturbios llevadas a cabo mediante cañones de agua, sean más efectivas en su ejecución, pero los daños colaterales son igual de lesivos. Es decir, sigue existiendo el mismo riesgo para que personas que no requieran de ningún tipo de contención porque no están creando disturbios, puedan recibir uno de estos cañonazos, Y a la vista de cómo está la situación social, económica y política, ya no es justo recomendar a ciudadanos pacíficos que no estén en medio del tumulto de manifestaciones y reivindicaciones multitudinarias exigiendo un país mejor. 

Por otro lado también se ha advertido que en ningún caso van a dejar de utilizar los instrumentos hasta el momento empleados, como son las controvertidas pelotas de goma, de hecho anteriormente los cuerpos antidistrubios han sido dotados con más material mejorado y por un valor superior a medio millón de euros. Por lo tanto, ahora habrá medios de contención por partida doble. Y aunque desde la Dirección, se ha recalcado la restricción del uso de los cañones bajo criterios de progresividad y distancia, tendremos que esperar a la siguiente muestra pacífica de indignación social para comprobarlo, ya que a la vista de los constantes acontecimientos de exceso de fuerza policial, la credibilidad es nula.


En resumen, esta noticia no es más que la evidencia observable de las prioridades políticas de quienes gobiernan que, desde que se hicieron presentes las consecuencias sociales de la actual y eterna decadencia financiera, solo han invertido los recursos, escasos según ellos, en el único campo infructífero: La Seguridad, mal llamada ciudadana. 


sábado, 27 de abril de 2013

Seguridad Ciudadana en Graffiti.




 UNA COSA ESTÁ CLARA:


Para llevarlo a cabo, intervienen instrumentos que, pese a no ser invasivos, permiten exponer una ideología de un modo casi adoctrinante, útil para el poder y sin duda por un medio más sutil que cuando se hacía al estilo "la letra con sangre entra". Destacan los Mass-media, elemento básico del modelado social y la fijación de estereotipos, entre otros efectos; La televisión, de gran estima por parte de quien quiera ser líder, es la principal difusora de un saber popular, que no en pocas ocasiones está  exento de error. 


¿Por qué? Porque sólo así se explica que nos encontremos rodeados de acciones y actitudes claramente irracionales pero respaldadas o toleradas por una mayoritaria aprobación ciudadana. Y aunque algunos tengan dudas o incluso estén en contra, a lo sumo, ejercen tan solo una mirada de resignación como leve intento de mostrar un atisbo de oposición. 


Incluso nos encontramos en la paradoja de condenarnos entre nosotros actitudes claramente necesarias. Pese a que deberíamos unirnos todos para gritar e imponer una serie de verdades, al mismo poder que nos vende todo su plan de extrema seguridad, preferimos despreciar y condenar la verdad; y a veces tan solo porque está disfrazada de graffiti. 


Llamadme raro o idiota, pero no puedo dejar de ver, verdades latentes que necesitan ser expresadas, difundidas en pro de la reflexión popular o por lo menos del afortunado que conscientemente las lea. 

¡!